Entonces yo me ponia a pensar: Que dificil es ser profesor hoy en día. Es algo bajo desde mi punto de vista muy complicado. ¿Que tienes que hacer para caerles bien a tus alumnos? ¿Que comportamientos debo adoptar para no ser ni un profesor estricto ni un profesor del que todo el mundo se rie? ¿Como alcanzo ese punto medio? Preguntas que tenía en aquella época y que aún las tengo y, siendo sinceros, es uno de los temas que más respeto me da con vistas al día de mañana.
Leyendo un artículo sobre la violencia en las aulas contra los profesores, me llamó la atención de que esta situación ya es algo normal hoy en día, algo que está generalizado en la mayoría de las aulas. Cabe destacar que precisamente Andalucía es la comunidad autónoma donde más problemas de este tipo se dan en las aulas.
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Las aulas a menudo se convierten en verdaderos campos de batalla por multiples razones, y en esas situaciones, la tarea del profesor exige disposiciones que podrían clasificarse casi de heroicas.
Antiguamente el profesor tenía un status en clase muy distinto al que tiene ahora. Antiguamente el profesor era la autoridad en las aulas, pero con el paso del tiempo, dicha autoridad ha ido disminuyendo a un ritmo alarmante. Actualmente la credibilidad del profesorado ante los padres de los alumnos es nula, valiendo tanto las palabras de los alumnos como la de los profesores, debido a la casi total falta de autoridad de los docentes. Está claro que esta situación debe cambiar urgentemente pero ¿Como?
Los docentes tienen difícil arreglar por sí mismos la situación, porque la autoridad académica está cada vez más devaluada. Se ha destruido la autoridad del profesorado, que llega a sentirse inseguro y hasta pierde el control de su clase. Los alumnos gozan de una elevada permisividad en su casa, y los profesores tienen “atadas las manos” a la hora de imponer sanciones. Ha de hacerlo la “Comisión de Convivencia”, el “Consejo Escolar” o el Director del Centro. Pero el profesor, individualmente, carece de competencia real para imponer siquiera mínimas sanciones más allá de la puerta del aula.
Creo que este es un tema muy importante pero que se deja un poco de lado, es un tema del cual todo el mundo sabe de su existencia pero nadie hace nada, es un tema el cual necesita ser revisado urgentemente para así hacer que el profesor tenga la autoridad que se merece en clase. Podría decirse que hoy por hoy, son los profesores los verdaderos acosados por sus alumnos. Al menos, el papel de víctimas en este aspecto no se le puede negar.