lunes, 16 de junio de 2014

Inaceptable realidad

Un tema que siempre me ha llamado la atención ha sido el como se ve la figura del profesor en el aula. Cuando estudiaba en el instituto, veia como profesores eran insultados, pavoneados e incluso agredidos por alumnos. Habia distintos tipos de profesores: estaba el ''profe guay'' de educación física cuyas clases eran divertidas y amenas, el profesor al que todo el mundo ignoraba y cuyas clases eran un auténtico descontrol, la profesora estricta en cuya clase no hablaba ni dios, etc.
Entonces yo me ponia  a pensar: Que dificil es ser profesor hoy en día. Es algo bajo desde mi punto de vista muy complicado. ¿Que tienes que hacer para caerles bien a tus alumnos? ¿Que comportamientos debo adoptar para no ser ni un profesor estricto ni un profesor del que todo el mundo se rie? ¿Como alcanzo ese punto medio? Preguntas que tenía en aquella época y que aún las tengo y, siendo sinceros, es uno de los temas que más respeto me da con vistas al día de mañana.
Leyendo un artículo sobre la violencia en las aulas contra los profesores, me llamó la atención de que esta situación ya es algo normal hoy en día, algo que está generalizado en la mayoría de las aulas. Cabe destacar que precisamente Andalucía es la comunidad autónoma donde más problemas de este tipo se dan en las aulas.
Poco a poco, la autoridad del docente ha ido disminuyendo hasta llegar a unos niveles ínfimos. Esto ha dado lugar que muchos alumnos presenten comportamientos inadecuados en clase como por ejemplo comer chucherias en clase, escuchar música desde el mp3 presentando total desinterés, gritar a otro compañero en mitad de clase o incluso agredirse tanto física como verbalmente entre ellos. Estas situaciones no hacen más que provocar un importante descontento entre el profesorado, el cual puede llegar a sentir miedo o angustia antes de entrar al aula.
Las aulas a menudo se convierten en verdaderos campos de batalla por multiples razones, y en esas situaciones, la tarea del profesor exige disposiciones que podrían clasificarse casi de heroicas. 
Antiguamente el profesor tenía un status en clase muy distinto al que tiene ahora. Antiguamente el profesor era la autoridad en las aulas, pero con el paso del tiempo, dicha autoridad ha ido disminuyendo a un ritmo alarmante. Actualmente la credibilidad del profesorado ante los padres de los alumnos es nula, valiendo tanto las palabras de los alumnos como la de los profesores, debido a la casi total falta de autoridad de los docentes. Está claro que esta situación debe cambiar urgentemente pero ¿Como? 



Los docentes tienen difícil arreglar por sí mismos la situación, porque la autoridad académica está cada vez más devaluada. Se ha destruido la autoridad del profesorado, que llega a sentirse inseguro y hasta pierde el control de su clase. Los alumnos gozan de una elevada permisividad en su casa, y los profesores tienen “atadas las manos” a la hora de imponer sanciones. Ha de hacerlo la “Comisión de Convivencia”, el “Consejo Escolar” o el Director del Centro. Pero el profesor, individualmente, carece de competencia real para imponer siquiera mínimas sanciones más allá de la puerta del aula. 
Creo que este es un tema muy importante pero que se deja un poco de lado, es un tema del cual todo el mundo sabe de su existencia pero nadie hace nada, es un tema el cual necesita ser revisado urgentemente para así hacer que el profesor tenga la autoridad que se merece en clase. Podría decirse que hoy por hoy, son los profesores los verdaderos acosados por sus alumnos. Al menos, el papel de víctimas en este aspecto no se le puede negar.


miércoles, 11 de junio de 2014

Finiquitando un curso

Ya terminamos las clases. Ya hemos puesto fin a este primer curso. Debo decir que este segundo cuatrimestre ha resultado cuanto menos interesante, sin parecerse lo más mínimo a cualquier cosa que hayamos hecho con anterioridad. Nunca pensé que un mismo profesor nos diera tres asignaturas distintas en la facultad, y mucho menos que desde el primer día nos comunicase que estábamos aprobados. Miguel utilizó un enfoque constructivista en su enseñanza, en la que a través de la práctica aprenderíamos la teoría, es decir, el no nos iba a explicar como se abre una puerta y una vez que supiéramos como se abre, vendría él y la abriría para comprobarlo, no, él cogía, nos demostraba como se abría una puerta y después nos lo explicaba. Ha sido un método de enseñanza bastante innovador desde mi punto de vista, ya que hasta hoy solo había recibido un tipo de enseñanza clásica (estudia esto, esto y esto, y tal dia tenemos el examen). Aunque el primer día me mantuve escéptico con respecto a este tipo de enseñanza, debo decir que he aprendido y bastante, y que tendré muy en cuenta este tipo de enseñanza en un futuro cuando sea docente. El último día de clase (sin contar el día de exposiciones), Miguel nos hizo una especie de cuestionario en el que se encontraban las siguientes preguntas a las cuales debíamos responder según la experiencia que hemos tenido durante este curso: - Cosas que viste - Cosas que sentiste - Cosas que pensaste - Cosas que harás - Cosas que oiste - Cosas que pondrás en marcha - Meteduras de pata
En la segunda parte de esta clase, se nos proporcionaba una imagen en la que había numerosas caras con expresiones bien diferenciadas. En este caso, debíamos elegir dos caras con las que nos hayamos identificado a lo largo del curso. En mi caso las dos caras que elegí fueron: - Cara nº 8--> Miedo, susto, desconcierto. Es el sentimiento que sentí a comienzos del cuatrimestre, ya que había demasiadas cosas nuevas para mí. No sabía cómo se iba a evaluar, ni lo que tendríamos que hacer, etc. Le veía muchas lagunas a este método en un primer momento. - Cara nº 1--> Aprobación. A final de curso siento aprobación y estoy a gusto con el método utilizado por el profesor, ya que me ha parecido muy interesante, innovador, y me ha abierto los ojos respecto a muchas cosas.
Ha sido una clase muy interesante para finiquitar el curso, en la que hemos podido reflexionar y poner en común nuestros pensamientos y vivencias a lo largo de este cuatrimestre. Como conclusión, he de decir que ha sido un buen cuatrimestre, diferente, pero en el cual hemos aprendido mucho, y de una manera bastante innovadora.